jueves, 19 de junio de 2014

Prometi no llorar....

 Confieso que escribo estas lineas con lagrimas en los ojos; muchas. Así que rompí la promesa que hice algún tiempo de no llorar cuando mi hijo, Elias David, estuviera en alguno de sus actos para celebrar su titulo de Bachiller. Prometí no llorar mas por actitud machista y parecer un padre fuerte que por convicción propia pues no soy precisamente un tipo fuerte en eso de aguantar las emociones; soy fanatico de Real Madrid y en el ultimo juego de la temporada lloré de rabia y llore de alegría, soy Magallanero y he celebrado como si se me fuera la vida cada uno de los campeonatos. Y si, lloro los 31 de diciembre. Por eso prometí no llorar, para que Elias viera un padre fuerte.

 Pero hoy viendo a muchos padres tomar fotos y videos del espectacular acto de despedida de la promo 44 del Instituto Juan XXIII agradecí a Dios que me permita recordar tantos gratos momentos que me ha permitido vivir como padre a lo largo de estos 17 años. Perdón, agradezco a Dios permitirme la gloriosa experiencia de ser Padre. Gracias Padre Eterno.

Estaba allí parado en el acto aguantando las ganas de llorar porque veía casi 50 adolescentes gritando y bailando con tanta energía y me sentía orgulloso porque los veía a todos chiquitos, gorditos, escondidos debajo de un morral tan grande como ellos, ajenos al mundo con esa inocencia infantil que a muchos nos hace tanta falta. Porque a todos esos bachilleres que hoy se gradúan con Elias los estoy viendo desde hace una vida, la de mi hijo. 

Y hoy fue cuando agradecí a Dios tener una memoria fotográfica. Tome tantas fotos y capture tantos videos como me lo permitió la pila de mi teléfono. Pero los veía bailando y gritando y recordé muchos momentos que he vivido y que me han permitido crecer como ser humano. Levantarme antes de que suene la alarma para buscar a Elias y llevarlo al colegio a tiempo a pesar de lo cansado que pudiera estar. Recordé cada día que estando en Coro me iba escapado a Punto Fijo por el puro placer de sentir a Elias dormido en mi pecho en una hamaca y así, sin moverme toda la noche, amanecer con el encima de mi  y sentir que toda la gloria del mundo me pertenecía. 

Y es así que buscaba esos momentos de placer y por ello rogaba porque fuera viernes para jugar de portero con el mientras me tiraba patadas con el balón de fútbol incansablemente y si Elias no se cansaba, yo tampoco; porque tenerlo a mi lado así fuera unas horas me llenaba como pocas cosas pueden llenarme  en este mundo. Hice todo lo posible por llenarlo de amor con la convicción de que entendiera algún día porque su Padre no estuvo con el todo el tiempo. Me enorgullece haber sido el mas normal de los padres anormales. 

Y por eso lloro..... Porque nunca nada me impidió llevarlo todos los días del mundo a su colegio, y buscarlo a la salida.... Gracias a la vida por permitirme llevar y buscar a mi hijo en el colegio, luego llevarlo a fiestas, trasnocharme para esperarlo, llevar a todos sus amigos a sus casas (con dos padres normales dormidos en su cama), llevarlo al fútbol un sábado a las 7 de la mañana luego de un viernes de fiesta; y lo vi ganar muchas veces.... Gracias Dios. 

Ahora que se va a luchar por sus sueños lloro porque quisiera haber pasado mas tiempo con Elias....vimos muchos juegos del Real Madrid... se que lloró muchas de sus derrotas... se que gozó como nunca sus victorias. Fuimos a varios Caracas - Magallanes hasta que los dos logramos disfrutar el placer de estar juntos en el juego independientemente quien gane. Lo llevé a una caravana a celebrar el triunfo de su equipo... Los Leones, solo por verlo feliz... y por respeto no gritaba ni se burló de mi. 

Ese y muchos otros momentos me permitieron estudiar al mismo tiempo que estudiaba Elias. El para Bachiller, yo para Padre.

Hoy el se gradúa, creo humildemente que merezco una buena nota como Padre.... 

TE AMO ELIAS DAVID DIOS TE BENDIGA SIEMPRE 

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